jueves, 20 de diciembre de 2007

La vida de Oharu



La vida de Oharu
(Japón, 1952)
Dirección; Kenji Mizoguchi.
Intérpretes: Kinuyo Tanaka, Toshiro Mifune.

Una de nuestras películas favoritas de Mizoguchi. La historia de la desafortunada Oharu es una larga sucesión de calamidades y humillaciones: primero, mientras es cortesana en un palacio, se enamora del hombre inadecuado y sus posibilidades de contraer matrimonio con algún noble se esfuman; después, el azar la lleva a convertirse en concubina de un poderoso señor feudal, pero los celos de la esposa principal hacen que nuevamente sea desterrada. Como el padre de Oharu ha despilfarrado los bienes de que disponía, al descubrir que tanto ella como sus progenitores están en la más absoluta miseria, la joven no tiene otra solución que prostituirse. La historia, basada libremente en una novela del siglo XVII, fue concebida para que Kinuyo Tanaka, su actriz principal y musa de Mizoguchi durante largos años, pudiera hacer gala de todo su talento transitando por la juventud, la madurez y la vejez de la heroína. La perfección de las composiciones, la serenidad que transmiten y, sobre todo, los legendarios planos-secuencia característicos del estilo del director, son una delicia.

Paradójicamente, pese a su perfección formal, esta fue una de las obras que Mizoguchi realizó en condiciones más adversas. La compañía productora Shin-Toho le asignó para el rodaje un almacén convertido en estudio, situado cerca de una línea de ferrocarril, y cada vez que un tren pasaba había de detener la filmación. La cinta ganó uno de los premios internacionales conferidos en el Festival de Venecia de 1952 (junto con Europa 51, de Roberto Rossellini, y The quiet man, de John Ford). Una escena: