viernes, 22 de febrero de 2008

Paris je t'aime


Paris je t’aime
(Francia-Liechtenstein-Suiza, 2006)
Dirección: Olivier Assayas ("Quartier des Enfants Rouges"), Frédéric Auburti y Gérard Depardieu ("Quartier Latin"), Gurunder Chadha ("Quais de Seine"), Sylvain Chomet (“Tour Eiffel”, Ethan y Joel Cohen (“Tuileries”), Isabel Coixet (“Bastille”), Wes Craven (“Père-Lachaise”), Alfonso Cuarón (“Parc Monceau”), Christopher Doule (“Porte de Choisy”), Richard LaGravenese (“Pigalle”), Vincenzo Natali (“"Quartier de la Madeleine"), Alexander Payne ("14th arrondissement"), Bruno Podalydés (“Montmartre”), Walter Salles ("Loin du 16ème"), Oliver Schmitz ("Place des Fêtes"), Nobuhiro Suwa ("Place des Victoires"), Daniela Thomas ("Loin du 16ème"), Tom Tykwer ("Faubourg Saint-Denis"), Gus Van Sant ("Le Marais").
Intérpretes: Fanny Ardant, Juliette Binoche, Seydou Boro, Steve Buscemi, Sergio Castellitto, Willem Dafoe, Gérard Depardieu, Marianne Faithfull, Ben Gazzara, Maggie Gyllenhaal, Bob Hoskins, Aïssa Maïga, Margo Martindale, Emily Mortimer, Elias McConnell, Nick Nolte, Catalina Sandino Moreno, Natalie Portman, Miranda Richardson, Gena Rowlands, Ludivine Sagnier, Barbet Schroeder, Rufus Sewell, Gaspard Ulliel, Elijah Wood, Li Xin.

Era lógico pensar que un homenaje a París conformado por una veintena de cortos de directores de diferentes nacionalidades –algunos de gran prestigio– y con conocidas figuras en su elenco, pudiera ser muy atractivo. Sin embargo, a veces la lógica falla. Este es uno de esos casos. Uno esperaba que los directores fueran capaces de contar historias más redondas, impactantes e imaginativas en los cinco minutos asignados a cada uno, pero en la mayoría de los casos el resultado es muy regular, intrascendente o insípido. Hay sus excepciones, como el delicioso e inteligente segmento "Quartier Latin", codirigido por Frédéric Auburti y Gérard Depardieu y escrito y protagonizado por Gena Rowlands, o el certero "14th arrondissement", dirigido por Alexander Payne con Margo Martindale como principal y única actriz. Los de los hermanos Cohen, Gus Van Sant, Isabel Coixet, Nobuhiro Suwa, Tom Tykwer y Gurunder Chadha no están del todo mal, pero tampoco son nada del otro mundo. Por otra parte, la ciudad de París, que debería ser la gran protagonista, a menudo apenas se ve. En resumen: una buena idea, pero un resultado desigual y decepcionante.

domingo, 10 de febrero de 2008

Eva


Eva
(Francia-Italia, 1962)
Dirección: Joseph Losey.
Intérpretes: Stanley Baker, Jeanne Moreau, Virna Lisi.

Si te atrapó la atmósfera retorcida de El sirviente, si te sentiste retado por la compleja trama de Accidente y si te deslumbraron la belleza y la intensidad de El mensajero, existen muchas probabilidades de que esta película, realizada también por el británico Joseph Losey, te defraude . Ni Jeanne Moreau en el rol de una fría “devoradora de hombres”, ni la misteriosa Venecia en blanco y negro que fotografía Gianni di Venanzo ni la partitura jazzística de Michel Legrand logran apuntalar un proyecto fallido. De esta obra de Losey se habla poco. Con razón.

viernes, 8 de febrero de 2008

Sunrise

Sunrise
(Estados Unidos, 1927)
Dirección: F. W. Murnau.
Intérpretes: George O’Brien, Janey Gaynor, Margaret Livingston.

El magnate William Fox le garantizó a Friedrich Wilhelm Murnau que tendría un gran presupuesto y el control absoluto sobre sus obras con tal de que se decidiera a rodar en Hollywood. Incluso estuvo de acuerdo en contratar a la actriz alemana Camilla Horn (la estrella de Tartufo y Fausto, los dos filmes anteriores de Murnau) como principal estrella femenina de su primera película para la Fox. Pero esto último no fue posible porque la UFA, que la tenía contratada, no quiso cederla.

El caso es que el director de Nosferatu se fue a Estados Unidos para hacer una filme inspirado en una novela de Herman Sudermann. El guión lo había escrito el austríaco Carl Dreyer (con quien Murnau había colaborado en Tartufo y La última risa) y como director de arte contaba con el alemán Rochus Gliese, otro de sus colaboradores de confianza. El resultado fue Sunrise: A Song of Two Humans, la obra maestra de su filmografía y una de las más grandes obras del cine de todos los tiempos.

El argumento es muy simple: un campesino (George O’Brien) y su dulce y bella esposa (Janet Gaynor) empiezan a tener problemas en su relación cuando él es seducido por una mujer de la ciudad (Margaret Livingston) que está pasando sus vacaciones en el pequeño pueblo donde viven. Como la forastera se ha fascinado con su rústico amante (¡bueno, a cualquiera le pasaría lo mismo!), le sugiere que invite a su cónyuge a dar un paseo en bote por el lago y que la arroje al agua, para deshacerse de ella, fingiendo un accidente. El joven, inicialmente, rechaza la idea con horror, pero después se anima a llevarla a la práctica. Invita a su mujer a la ciudad y, cuando están atravesando el lago, se acerca a ella dispuesto a asesinarla. En el último momento, recapacita y se arrepiente de su acción. Al llegar a la ciudad, la esposa huye horrorizada, pero él le da alcance y le pide perdón por lo ocurrido. Durante todo el día, disfrutan de los atractivos de la ciudad como dos novios. Pero, al volver al pueblo, una tormenta los sorprende en el bote, ella cae al agua y… Mejor no seguimos, para que puedan descubrir por ustedes mismos cómo termina la historia. Aunque en realidad en esta película de Murnau más que lo que se cuenta, importa como se cuenta.

Las interpretaciones son excelentes y al verlas uno entiende por qué durante el rodaje el director solía repetirles a sus actores: “¡No piensen, actúen!”. Aunque, en honor a la verdad, en varios de sus primeros planos Margaret Livingston parece un travesti.
Sunrise tiene pasajes memorables, como el largo travelling de la secuencia en que los amantes se encuentran a escondidas, bajo la luna llena, o la dramática escena de la tormenta. Las imágenes superpuestas le confieren un estilo visual extremadamente novedoso para la época. Para las escenas de la ciudad, filmadas todas en estudio, fueron construidos unos asombrosos sets.

La película cuenta con una banda sonora sincronizada (una novedad que empezaban a ofrecer los grandes estudios al público). Sin embargo, se respeta la dramaturgia y el estilo interpretativo propios del cine silente. Los letreros de los diálogos son escasos y la partitura desempeña una importante función narrativa. De hecho, en el mundo circularon dos versiones de Sunrise: una con la partitura musical de Hugo Riesenfeld, grabada en el sistema Videotone (que estaba estrenando la Fox), y otra muda, para exhibir en las salas donde aún no se contaba con ese sistema.

En 1929, en la primera edición de los premios de la Academia (aún no se llamaban Oscar), Sunrise ganó el galardón denominado “Best Picture, Unique and Artistic Production”. Janet Gaynor mereció el premio a la mejor actuación protagónica femenina por su trabajo en esta y otras dos películas, y también fue galardonada la excelente fotografía de Charles Rosher y Karl Struss. El director de arte tuvo que conformarse con una nominación.

Este impresionante poema visual, como era previsible, no tuvo el éxito de taquilla que se esperaba. A partir de entonces, la Fox limitó el control de Murnau sobre sus dos siguientes producciones. El director falleció en 1931, a los 42 años, en un accidente automovilístico. Acababa de rodar Tabú, en colaboración con Robert Flaherty, y estaba trabajando en su musicalización. El estreno en Nueva York tuvo lugar una semana después.

Estos son diez de los mejores minutos de la película:

miércoles, 6 de febrero de 2008

Atonement


Atonement
(Inglaterra, 2007)
Dirección: Joe Wright.
Intérpretes: James McAvoy, Keira Knightley, Romola Garai, Saoirse Ronan, Vanessa Redgrave.

Una historia sobre la culpa y la expiación, filmada con exquisitez y montada con creatividad. Claro que ¡tampoco es para tanto alboroto! ¿O sí, teniendo en cuenta lo difícil que es hallar dramas amorosos medianamente inteligentes y bien hechos en los tiempos que corren? La estructura a veces puede resultar un poco (innecesariamente) complicada, sobre todo en las escenas de la Segunda Guerra Mundial, donde la información que se da sobre la situación en que se encuentra el personaje central es mínima y uno tiene que suponer mucho. ¿Lo mejor? Primero: La impactante actuación de Saoirse Ronan en el papel de la adolescente Briony Tallis. Segundo: La forma en que nos vemos obligados a “armar” la historia, y a revisarla, luego de la efectiva trampa que encierra el desenlace. Tercero: El uso del sonido de las teclas de la máquina de escribir como un componente dramático clave en la partitura musical. A ratos emotiva, preciosista y lírica; pero también rfría, reiterativa, aburridilla (¡no nos digan que no se hartaron de ver a aquellos tres infelices soldados caminando por el campo!) y cursi (¿a qué venían esas superfluas imágenes finales de la pareja protagónica a la orilla de una playa?). Cuando la película termina, no te deja aquella sensación de haber visto una obra tan redonda como la que Joe Wright logró con Orgullo y prejuicio, su primera película.

lunes, 4 de febrero de 2008

Cinco atardeceres



Cinco atardeceres
(URSS, 1978)
Dirección: Nikita Mijalkov.
Intérpretes: Ludmila Gurchenko, Stanislav Liubshin, Valentina Telichkina.

Obligado a hacer un alto en el rodaje de Oblomov, en espera del cambio de estación, Nikita Mijalkov tuvo la idea de aprovechar esos cortos meses para hacer otra película, de escaso presupuesto y pocos actores,, como una estrategia para mantener cohesionado al equipo técnico. Así nació Cinco atardeceres, adaptación de una obra teatral ambientada en el Moscú de 1957.

Tamara (Ludmila Gurchenko) y Sasha (Stanislav Liubshin) se vuelven a encontrar, después de largos años de separación, y a lo largo de cinco encuentros irán reanudando su relación sentimental. La ambientación te sitúa de inmediato en las penurias económicas y las consignas estalinistas de la postguerra, cuando distintas familias se veían obligadas a compartir una misma vivienda y el entorno, sofocante, estaba lleno de chismes, mezquindades y tensiones.

A diferencia de luminosas y coloridas películas como Esclava del amor y Pieza inconclusa para piano mecánico, en las que hay un amplio reparto y grandes espacios exteriores, Cinco atardeceres es una producción muy íntima, con un maravilloso uso del blanco y negro, que se apoya, básicamente, en las magistrales actuaciones de la pareja protagónica. Tanto Gurchenko como Liubshin, dos de los mejores intérpretes rusos de esta época, tuvieron la oportunidad de desplegar todo su talento en unos personajes de gran complejidad, contradictorios y ricos en matices. Valentina Telichnika tiene a su cargo el breve pero exigente papel de Zoya, la amante de Sasha. Larisa Kustnetsova es la rebelde Katia, un personaje que se roba al espectador con su espontaneidad y su desenfado. Igor Nefyodov como Slava, el sobrino de Tamara, otro representante de la nueva generación. (Lamentablemente este actor se suicidó en 1993, a los 33 años de edad).

Cinco atardeceres es una pequeña joya de la filmografía de Nikita Mijalkov. Una de sus obras menos conocidas, pero de mayor fuerza dramática, encanto y humanismo.

Este fragmento tiene un primer plano de la Gurchenko que vale un millón de pesos:

Mi tío Benjamín


Mi tío Benjamín
(Francia, 1969)
Dirección: Edouard Molinaro.
Intérpretes: Jacques Brel, Claude Jade, Bernard Alane, Bernard Blier.

Uno de nosotros siempre ha sido un gran admirador de Jacques Brel, por lo que durante años habíamos buscado por todas partes esta película, la tercera de las diez que alcanzó a filmar el popular cantante y actor belga antes de su prematura muerte, ocurrida en 1978, cuando tenía 49 años de edad. En esta adaptación de la novela de aventuras publicada por Claudie Tillier en 1842, Brel interpreta a Benjamín Rathery, un médico rural deseado por todas sus pacientes, amante de los buenos vinos y enemigo acérrimo del matrimonio y la nobleza. La joven Manette (Claude Jade), hija de un hostelero, está enamorada de él, pero se niega a entregarle su virginidad si antes no se casa con ella. Un incidente con el marqués de Camyse (Bernard Blier) envía a Benjamín a prisión, pero su joven amigo el vizconde de Pont-Cassé (Bernard Alane) consigue que el rey Luis XV cambie su condena a prisión por el destierro. La escena final nos muestra a Benjamín, su sobrino adoptivo Gaspar (Dominique de Keuchel) y su amada Manette camino del exilio. Pero antes, hacen un alto cerca de un río y, mientras el chiquillo se dedica a pescar el almuerzo, la pareja decide hacer uso del “capital” de Manette (su virginidad) sin haber pasado antes por la iglesia.

La película de Molinaro se mantiene increíblemente fresca, con una edición muy ágil, una música excelente (de François Rauber y el propio Jacques Brel) y unas actuaciones encantadoras, chispeantes, muy a tono con el género. Brel se destaca por su espontaneidad y su simpatía. Es el clásico galán feo, pero irresistible, que se encuentra a menudo en el cine francés. Aunque la copia que finalmente pudimos conseguir es bastante deficiente (calidad Marakka 2000, la firma miamense a la que ya hemos alusión en otro post), como no existen otras ediciones de la película en DVD, la tomas o la dejas. Y nosotros la tomamos, y la disfrutamos como hace más de 30 años, cuando se exhibió en La Habana.

Aquí pueden ver 29 segundos. Apenas un abrebocas:

sábado, 2 de febrero de 2008

Becoming Jane


Becoming Jane
Dirección: Julian Jarrold.
Intérpretes: Anne Hathaway, James McAvoy, Maggie Smith.

La película tiene una ambientación y una fotografía exquisitas, buena música y dos actores estupendos en los papeles protagónicos. Sin embargo, una hora después de los créditos iniciales uno empieza a mirar el reloj y a preguntarse cómo rellenarán la hora siguiente. La trama recrea, tomándose muchas libertades, un episodio de la casi desconocida vida de Jane Austen, estableciendo puntos de contacto con personajes y situaciones que la autora británica desarrolló en sus novelas. Si el argumento de la película lo hubiera escrito la propia Miss Austen, probablemente sería una delicia. Lamentablemente, dista mucho de serlo.

Aquí, el tráiler: