viernes, 18 de enero de 2008

El Maestro y Margarita


El Maestro y Margarita
(Rusia, 2005)
Dirección: Vladimir Bortko.
Intérpretes: Anna Kovalchuk, Alexandr Galibin, Oleg Basilashvili, Kirill Lavrov.

Adaptación, en diez capítulos de una hora de duración cada uno, de la novela El Maestro y Margarita, del novelista ruso Mijaíl Bulgákov. Como es tradición en el cine y la televisión rusos, la adaptación es de una fidelidad asombrosa. La producción –cuyo costo se ha estimado en unos cinco millones de dólares–, es una exquisitez por su vestuario, la fotografía (que alterna secuencias en sepia y en colores) y la impactante música de Igor Kornelyuk. Los efectos especiales, sin ser nada del otro mundo, cumplen su cometido.

La historia se desarrolla en dos planos: uno de ellos, la Rusia de Stalin en los años 1930; el otro, la Jerusalén de Poncio Pilatos. Todo comienza cuando el diablo, bajo el nombre Voland y con el aspecto de un elegante caballero extranjero, llega a Moscú para celebrar su baile anual y de paso observar de cerca a la gente que vive en la ciudad bajo un nuevo régimen político. La excéntrica comitiva que lo acompaña en su visita desencadena todo tipo de incidentes sobrenaturales que ponen en jaque las costumbres y la ideología comunistas.

A través de diversas subtramas y de una variada galería de personajes, se satirizan de manera cáustica males como la doble moral, la burocracia, el miedo a lo foráneo, el absolutismo político y la represión de que son víctimas todos los ciudadanos. La acción principal, ambientada en el Moscú estalinista, establece un sugestivo contrapunteo con una atrevida reelaboración de la historia de Ieshua Ha-Notsri (Jesús) y Pilatos.

El personaje del Maestro tiene tintes autobiográficos, pues, al igual que el escritor que termina encerrado en un manicomio después de haber tratado de publicar una novela “inapropiada”, también Bulgákov quemó algunos de sus manuscritos ante la intolerancia y las reacciones adversas de los comisarios de la cultura soviética.

El elenco es extraordinario. Sobresalen Oleg Basilashvili, como Voland, y Kirill Lavrov, como Pilatos, con unas interpretaciones impecables, llenas de sutilezas. La Margarita de Anna Kovalchuk cobra fuerza, sobre todo, a partir de su transformación en bruja. También sobresale Aleksandr Galibin con la cuidadosa caracterización del hermético y atormentado Maestro. Nos encantó de manera especial el trabajo de Aleksandr Abdulov en el jugoso papel de Koroviev, el “secretario” de Satán.

Bulgákov empezó a escribir el primer borrador de El Maestro y Margarita en 1928 y continuó trabajando sobre él, en versiones sucesivas, hasta pocas semanas antes de su muerte, que se produjo en 1940. La obra se publicó por primera vez en 1966, censurada, en la revista literaria Moscú. El texto no vio la luz íntegramente hasta 1973.

Esta no es la primera vez que se adapta el libro. En 1971, Andrezj Wajda hizo una película para la televisión alemana que se basaba en los pasajes dedicados a Poncio Pilatos. En 1972, se rodó una versión cinematográfica italo-yugoslava dirigida por Aleksandar Petrovic, con Ugo Tognazzi y Mimsy Farmer en los roles del Maestro y Margarita. En 1989, el realizador polaco Maciej Wojtyszko hizo una adaptación en cuatro capítulos, para la televisión. En 1994, el director ruso Yuri Kara hizo una nueva versión para el cine.

Varias décadas después de su creación, la novela de Bulgákov sigue resultando polémica y cáustica. En 2006, el museo moscovita dedicado al escritor fue vandalizado por un fanático religioso por considerar que El Maestro y Margarita es propaganda satánica.

Hemos pasado diez noches deliciosas siguiendo las venturas y desventuras de los personajes, pero desgraciadamente ya se acabaron los capítulos. ¿Qué veremos ahora? Quizás otra serie del mismo director, basada en otro clásico de la literatura rusa: El idiota, de Fiodor Dostoievski. También son diez capítulos de una hora… ¡Allá vamos, Mishkin!

Este es el inicio de la secuencia del diabólico baile de máscaras en el que, a petición de Voland, Margarita recibe a los invitados en su calidad de reina: